El mundo de la producción de café es más complejo de lo que un principio podemos pensar. No basta, con cultivar el grano de café, agua y leche. Realmente, existe una gran variedad de factores, que van desde los más grandes hasta aquellos que una primera instancia pueden parecer imperceptibles, que pueden afectar en el resultado final de nuestra taza de café. Uno de estos procesos es la desgasificación del café, un fenómeno esencial en la preservación del sabor y aroma del café recién tostado. Es posible que alguna vez te hayas por qué el café que compras habitualmente, viene empaquetado en bolsas con pequeñas válvulas, que son las que precisamente permiten la desgasificación del café.
La desgasificación es el proceso tras el tostado que elimina los gases generados durante este
Durante el proceso de tostado, los granos son sometidos a elevadas temperaturas, lo que provocan una serie de reacciones químicas en su interior como es el desarrollo de gases, sobre todo de CO2. La desgasificación, permite liberar estos gases del grano después del tostado. Tenemos que tener en cuenta que esta liberación de gases se produce cuando se enfría el grano y puede durar desde días hasta incluso semanas
Este fenómeno es natural y esperado, pero su importancia va más allá de ser solo una curiosidad científica. La liberación de CO2 afecta directamente la frescura y el sabor del café, lo que hace que comprender y manejar la desgasificación sea crucial para quienes buscan la mejor taza de café posible.
¿Por qué es tan importante la desgasificación?
La desgasificación es un proceso crucial en la cadena del café que afecta directamente la frescura, el sabor y la calidad de la bebida final. Aunque es un fenómeno natural, su manejo adecuado es esencial tanto para los productores como para los consumidores que buscan la mejor experiencia en cada taza. Entender cómo y por qué ocurre la desgasificación te permite tomar decisiones informadas al comprar, almacenar y preparar café, asegurando que siempre disfrutes de una taza llena de sabor y aroma.
1. Frescura del café
El sabor del café está directamente ligado a su frescura. Cuando el café se tuesta, alcanza su punto máximo de frescura. Sin embargo, esta frescura es efímera, ya que el CO2 y otros gases comienzan a escaparse de los granos. Si el café se envasa inmediatamente después del tostado, la presión interna generada por estos gases puede hacer que los envases se expandan e incluso se rompan.
Es por ello que muchos productores de café, dejan que este se desgasifique por un periodo de tiempo antes de envasarlo, normalmente entre 24 y 72 horas, permitiendo que el CO2 se libere parcialmente, estabilizando el producto antes de ponerlo en venta.
2. Calidad del sabor
El proceso de desgasificación también tiene un impacto directo en el sabor del café. La existencia de CO2 en el grano y en la bebida pueden influir en la percepción del sabor: si la desgasificación ha sido escasa, el resultado puede ser un café con niveles más elevados de acidez o astringencia. Esto es debido a que el CO2 disuelto en el agua durante la extracción puede alterar el pH de la bebida. En cambio, si la desgasificación ha sido elevada, puede dar lugar a un café plano y sin vida.
En definitiva, hay que buscar un equilibrio adecuado en la desgasificación que permita obtener un café con sabores brillantes, complejos y placenteros. De aquí, la vital importancia de la frescura del café.
3. Consistencia en la preparación
La desgasificación también afecta la consistencia en la preparación del café. Cuando se utiliza un método de preparación como el espresso, donde el agua caliente se fuerza a través del café molido bajo alta presión, la presencia de CO2 puede interferir significativamente. Los gases atrapados en los granos pueden expandirse rápidamente bajo la presión, creando canales en la cama de café que permiten que el agua pase sin extraer de manera uniforme los compuestos de sabor.
Esto resulta en una extracción desigual, que puede producir una bebida con sabores no deseados. Por lo tanto, el control de la desgasificación es crucial para los baristas que buscan una extracción uniforme y una taza equilibrada.
¿Cómo llevar a cabo la desgasificación del café en casa?
En casa también puedes llevar el proceso de desgasificación para darle ese toque profesional a tu taza de café, te explicamos cómo:
1. Compra café recién tostado y en pequeñas cantidades
La mejor manera de garantizar la frescura es comprando café recién tostado y en cantidades que puedas consumir en una o dos semanas. Esto asegura que estás disfrutando el café en su punto óptimo de frescura. A medida que pasa el tiempo, los granos continuarán desgasificando y perdiendo su vitalidad.
2. Usa bolsas con válvulas unidireccionales
Las bolsas con válvulas unidireccionales permiten que el CO2 se escape sin dejar entrar oxígeno, que es el principal enemigo del café fresco. El oxígeno puede causar que los aceites y compuestos aromáticos en los granos se oxiden, resultando en un café rancio. Almacenar tu café en estas bolsas ayudará a mantener su frescura por más tiempo.
3. Dale tiempo al café después de la molienda
Si mueles tu café justo antes de prepararlo, dale un par de minutos para que desgasifique ligeramente antes de comenzar la extracción, especialmente si estás preparando espresso. Esto permitirá que el CO2 residual escape y reducirá el riesgo de una extracción irregular.
4. Experimenta con el tiempo de reposo
Si tu café parece demasiado ácido o astringente, podría ser útil experimentar con el tiempo que dejas reposar los granos después de la molienda. Ajustar este tiempo puede ayudarte a encontrar el punto perfecto donde el café ha desgasificado lo suficiente, pero no demasiado.
Y hasta aquí nuestro post sobre la desgasificación del café. ¿Habías oído hablar de ella? ¿Crees que es importante? Síguenos para más curiosidades sobre el café como esta y, de paso, ver nuestros ricos cafés en la tienda 😉
